Las representaciones del teatro del S.XVII, en las cuales destacaban las obras de Calderón y otros autores, se realizaban en corrales.
En un principio estos se trataban antiguos patios interiores, rodeados de casas en los cuales se levantaba un tablado a modo de escenario donde las obras eran representadas. Este escenario contaba con tres niveles utilizables durante la representación: al fondo encontrábamos un balcón a través del cual los personajes simulaban estar en el de una casa; por otra parte como hemos nombrado encontrábamos el tablado, donde normalmente era realizada la acción. Este se podría comparar con el escenario de cualquier teatro de hoy en día, sin embargo no contaba con un telón, lo cual condicionó la representación teniendo que utilizar elementos como músico o ruido inicial para indicar el inicio de la representación. Finalmente se podía encontrar el foso del que salían a través de escotillones o trampillas actores que encarnaban a Satanás o a otras criaturas infernales. Además, en el fondo del corral podíamos encontrar uno o dos corredores altos ocultados por cortinas donde también encontrábamos los vestuarios.
Dejando a un lado el escenario y centrándonos más en el espacio donde podíamos encontrar a un público variado debemos remarcar que este también contaba con una serie de divisiones:
- Por una parte encontrábamos las habitaciones de las casas (aposentos) que daban al patio, las cuales estaban destinadas a las gentes principales.
- Los desvanes y las tertulias eran los aposentos más altos, situados inmediatamente debajo del tejado, y estaban reservados muchas veces a los religiosos y a los nobles.
- El público más modesto se situaba en el patio central y veía el espectáculo de pie o sentado en unas gradas que se levantaban a los lados del patio. Allí se situaban los mosqueteros, los cuales con sus capas, espadas y sus silbidos o aplausos levantaban o hundían la comedia.
- Frente al escenario se construyó una especie de palco de mujeres (la cazuela), en el que se sentaban las mujeres del pueblo.
- Además contábamos con la alojería, que era el lugar en donde el público compraba tentempiés (comida y bebida) y los alojeros despachaban la aloja (bebida hecha de agua, miel y hierbas aromáticas que a veces se mezclaba con vino).
Sin embargo, con el paso del tiempo estos pasaron a convertirse en teatros permanentes. Dos de los más importantes reciben el nombre de el teatro de la Cruz (1574) y el del Príncipe (1528), los cuales mantienen la misma estructura que los corrales aunque cuentan con la característica de que ya no son patios, sino edificios levantados específicamente para ser teatros.
Además de estos locales públicos y populares, contamos con la existencia de otro tipo de teatros que recibían el nombre de palaciegos. Estos se trataban de edificios muchos más lujosos donde se ofrecían espectáculos en el salón de comedias del Alcázar, Palacio de la Zarzuela, Coliseo del Buen Retiro..Además, hacia mitad del siglo comienza la llegada de arquitectos italianos, que montan teatros portátiles con múltiples decorados: telón, iluminación artificial, efectos especiales...
No obstante, cualquier lugar era idóneo para preparar un montaje teatral: así podemos comprobar como los autos sacramentales eran representadas en carros.